OFBRV 1a. Temporada 2023 | Programa X - Joseph Giunta

Joseph Giunta


Joseph Giunta
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No menores de 8 años de edad.

ORQUESTA FILARMÓNICA DE BOCA DEL RÍO-VERACRUZ

JORGE MESTER

Director artístico

 

Foro Boca

Viernes 16 de junio

 

P R O G R A M A

 

DMITRI SHOSTAKOVICH          Obertura festiva, Op. 96

Duración aproximada: 7 minutos

 

PIOTR I. TCHAIKOVSKY           Serenata para cuerdas, en do mayor, Op. 48

I.- Pezzo in forma di sonatina: Andante non

troppo - Allegro moderato

II- Valse: Moderato - Tempo di valse

III- Élégie: Larghetto elegiaco

IV- Finale (Tema russo): Andante - Allegro con spirito

          

Duración aproximada: 29 minutos

 

I N T E R M E D I O

 

SERGUEI RACHMANINOV                    Sinfonía No. 2 en mi menor, Op. 27

-Largo; Allegro moderato

                                                                       -Allegro molto

                                                                       -Adagio

                                                                       -Allegro vivace

                                 Duración aproximada: 55 minutos

 

 

JOSEPH GIUNTA

Director invitado

 

 

 

JOSEPH GIUNTA

Director invitado

Joseph Giunta, uno de los directores más distinguidos, versátiles y dinámicos de Estados Unidos, es un músico de renombre internacional, reconocido por su programación innovadora y convincentes interpretaciones de música tradicional y nueva. Ha sido Director Musical de la Sinfónica de Des Moines durante treinta años y actualmente está en la cima de la era más exitosa en la rica historia de esta Orquesta, a la que ha transformado en una de las mejores agrupaciones regionales de Estados Unidos.

Durante las últimas tres décadas, ocupó puesto similar con la Sinfónica de Waterloo-Cedar Falls y ha dirigido como invitado a muchas de las grandes orquestas del mundo, incluidas la Sinfónica de Chicago, Orquesta de Minnesota, Filarmónica de Londres y la Orquesta Philhamonia. En Estados Unidos ha dirigido las orquestas de Indianápolis, Nashville, Carolina del Norte, Charlotte, Florida y Vermont, entre otras. También ha actuado en México, Sudamérica, Europa, Canadá, Japón y Reino Unido.

Los aspectos más destacados de la permanencia de Giunta en Des Moines incluyen grabación en vivo de las nueve sinfonías de Beethoven y otra con el pianista Earl Wild para el sello Chesky Records. The Des Moines Register ha elogiado las actuaciones de Giunta como “conmovedoras”. Su discografía incluye grabaciones al frente de la Filarmónica de Londres, con la música de Khachaturian y Britten.

Inauguró “Yankee Doodle Pops” de la Sinfónica de Des Moines, que ahora, después de 25 años, es el evento de conciertos de un solo día más grande en Iowa, al que asisten más de 100 mil personas cada julio. En 2003 también desarrolló la Academia Sinfónica, ubicada en The Temple for Performing Arts en el centro de Des Moines, que actualmente tiene más de 600 estudiantes inscritos y cuatro sinfónicas juveniles.

Los muchos honores y distinciones otorgados a Giunta incluyen el Premio de la Sociedad Estadounidense de Compositores, Autores y Editores (ASCAP) por su programación ambiciosa y su compromiso con la nueva música estadounidense. Ha encargado 23 obras a compositores como Augusta Read Thomas, Michael Torke, Lukas Foss, Libby Larsen, Adolphis Hailstork, David Ott y muchos otros. Recientemente, él y la Sinfónica de Des Moines encargaron “Symphony In Sculpture”, una obra de 30 minutos inspirada en el parque de esculturas John and Mary Pappajohn y escrita por el compositor ganador del premio Emmy Steve Heitzeg.

También ha recibido un Doctorado Honoris Causa en Bellas Artes del Simpson College, el premio Helen M. Thompson de 1984 otorgado por la Liga de Orquestas Estadounidenses, y el premio Iowa Arts de 2002. En 2015, él y Simon Estes se convirtieron en los miembros inaugurales del Salón de la Fama de la Asociación de Música de Mid-America.

Giunta se graduó de la Universidad Northwestern y estudió dirección con Henry Mazer, John Paynter, William Smith y Bernard Rubenstein. También trabajó con Georg Solti, Carlo Maria Giulini, Leonard Bernstein, Eugene Ormandy y Klaus Tennstedt, y se ha desempeñado como director suplente de muchos de los grandes directores del mundo, incluidos Solti, Giulini, Tennstedt, Charles Dutoit, Erich Leinsdorf y Neville Marriner.

 

Notas al programa

 

DMITRI SHOSTAKOVICH (1906-1975) 

Obertura festiva

Esta obra fue dada a conocer en un período difícil en la vida del compositor soviético Dmitri Shostakovich. En 1954 su esposa Nina había muerto en un hospital de Armenia en extrañas circunstancias, y poco tiempo después moría su madre Sofía. Un año antes, el Kremlin había difundido la noticia de la muerte de Stalin, lo que ponía punto final a una época especialmente dura para los creadores artísticos. La esperanza colectiva infundía renovados ánimos a una sociedad apabullada por un mecanismo burocrático tan monstruoso como inoperante.

Estrenada el 6 de noviembre de 1954, la Obertura festiva se gestó desde años atrás, en 1947, cuando el compositor fue comisionado para escribir una obra conmemorativa del trigésimo aniversario de la Revolución de 1917. Por razones diversas el estreno se pospuso varios años, hasta que se hizo escuchar en el Teatro del Ballet Bolshoi. En esta breve pieza encontramos reminiscencias del nacionalismo ruso y la fanfarria inicial nos remite a la obertura de Míkhail Glinka para su ópera Ruslán y Ludmila. El tema siguiente es una lírica melodía asignada a los violonchelos y cornos, y desarrollada por las cuerdas. Vendrán varios pasajes de transición, antes de la poderosa coda final.

No deja de llamar la atención el optimismo desbordante que se aprecia en esta corta pero brillante pieza instrumental, generada en una época en que las expectativas optimistas se combinaron con los duros golpes emocionales para Shostakovich.

 

PIOTR ILICH TCHAIKOVKSY (1840-1893)

Serenata para cuerdas

Al igual que un buen número de compositores, el maestro ruso Piotr Ilich Tchaikovsky manifestó sin ambages su admiración por el arte de Wolfgang Amadeus Mozart. Un ejemplo de ello es la Serenata que se interpreta en esta jornada, obra inspirada en el estilo del Genio de Salzburgo y estrenada en un concierto privado el 3 de diciembre de 1880, en el Conservatorio de Moscú. Su primera audición pública se dio el 30 de octubre de 1881, en la ciudad de San Petersburgo, con el ensamble orquestal dirigido por Eduard Nápravnik.

Todo indica que el compositor atravesaba por un período de apacibilidad, cuando la cordial relación con Nadiezhda von Meck, la acaudalada viuda que le apoyó monetariamente para permitirle dedicarse enteramente a la composición, se mantenía en los mejores términos.

Los años previos estuvieron marcados por diversos períodos de agitación emocional. Su temperamento inestable e hipersensible le conducía frecuentemente hacia verdaderas crisis depresivas y dos relaciones sentimentales –con la soprano belga Desirée Artôt y su alumna Antonina Miliukova– derivaron en estrepitosos fracasos.

La aparición de la culta viuda Von Meck, quien admiraba realmente la obra de Tchaikovsky, marcó el inicio de un período por demás fructífero durante el cual generó, además de otras obras importantes, esta conmovedora Serenata para cuerdas.

Por su formación instrumental (que evidentemente incluye solo violines, violas, violonchelos y contrabajos), esta partitura ha sido ubicada como una “obra menor” en el catálogo de Tchaikovsky, lo cual no se ajusta a los alcances de la inspiración y el talento vertidos en la misma. Además de su firme estructura de corte romanticista, la Serenata es la ejemplificación de un talento que no conocía límites y que era capaz de ajustarse a los conceptos más diversos de la creatividad musical.

Los testimonios de los contemporáneos nos indican que, desde su estreno, la obra resultó favorecida por el público, que en la misma encontró un “Tempo di valse” que hasta la fecha se ubica entre lo más popular y conocido de este compositor.

 

SERGUEI RACHMANINOV (1873-1943)

Sinfonía No. 2

Compositor de origen ruso, concluyó su Segunda sinfonía en enero de 1907 y la estrenó en San Petersburgo, en agosto de 1908. Los analistas se sorprenden de su vena intensa y potente, así como de aquel ámbito de misterio tan propio del músico. Buenas razones había para ello, ya que se trata también de la obra con que afianzó la seguridad de su quehacer artístico, luego del lamentable fracaso de su Primera sinfonía, hecho que durante muchos meses pesó negativamente en su ánimo.

Pero el compositor no depositaba confianza alguna en esta partitura y en una misiva a su amigo Nikita Morozov, se leía lo siguiente: “En cuanto a la calidad de mis proyectos recientes, debo decirte que el peor es la Segunda sinfonía. No más sinfonías, no sé cómo escribirlas, pero básicamente, no quiero hacerlo”.

Aquellos momentos en su vida fueron pendulares. Por un lado, completamente repuesto de la crisis anímica por el sonoro fracaso de su Primera sinfonía, en 1897, en pleno disfrute del acierto que significó su espléndido Concierto 2 para piano, estrenado exitosamente en Moscú en 1901, daba inicio a su brillante carrera en la triple faceta de pianista, compositor y director. Casado desde 1902 con una prima, este enlace motivó la condena de la iglesia ortodoxa rusa pero, a cambio, la fortuna parecía mostrarle su mejor rostro y su Sinfonía 2 fue el inicio de un listado fructífero en que se incluyen sus tres óperas breves, los Conciertos para piano 3 y 4, la cantata “Las campanas” y numerosas piezas para piano.

Pero las circunstancias en Europa no podían aportar más que preocupaciones y angustias. El estallido de la Primera Guerra Mundial precipitó los acontecimientos en Rusia que derivaron en la Revolución bolchevique. En esos momentos de sobrecargada tensión, el compositor recibió un providencial ofrecimiento para efectuar una gira por los países escandinavos. Con él llevó a toda su familia, en diciembre de 1917, y no dio oportunidad a los sabuesos del sistema para que lo acusasen de “decadente, subversivo y peligroso para el pueblo”, como hicieron con Shostakovich y Prokofiev.

La Segunda sinfonía es una partitura admirablemente trabajada en lo que corresponde al renglón armónico, al tiempo que se erige como la confirmación de un espíritu romanticista hasta la médula y continuador del legado sinfónico de Tchaikovsky. El inicio mismo es el establecimiento del material temático que nutrirá una gran parte de esta portentosa obra.

Uno de sus pasajes memorables se encuentra en el Adagio del tercer movimiento; un fragmento de belleza intoxicante y alterado apasionamiento, que por momentos cobra tintes de sentimiento enfermizo.

Por consejo de algunos amigos y críticos, Rachmaninov hizo algunos cortes a la sinfonía que sin duda alteraron su desenvolvimiento original. Por fortuna, la casi totalidad de los directores que actualmente deciden abordar la Segunda sinfonía lo hacen respetando el concepto inicial.

 

Jorge Vázquez Pacheco.